viernes, 27 de junio de 2014



La organización de centros educativos. Modelos emergentes.


Definido por el autor como la adaptación pedagógica,  los centros educativos tiene la oportunidad de incorporar a su actuar diario las particularidades de su contexto, ya que   la interacción permanente con  sus  elementos  posibilitan su transformación. En dicho entendido   han surgido  nuevos modelos de organización que se adaptan a la pluralidad contemporánea  centrando su atención  en la población , la tecnología , los sistemas racionalices y el medio ambiente; a continuación abordaré los que consideró más significativos.

En el rubro poblacional , se encontramos  los modelos de la escuela inclusiva y el centro  plurilingüe; ambos van dirigido a una institucionalización de las diferencias humanas , para la creación de  una ciudadanía  con valores. Por tanto se cubre  la función de integradora social a través de aspectos didácticos,  organizativos y funcionales que se tienen que poner en práctica  en torno a los proceso de enseñanza - aprendizaje.

Como parte del reconocimiento a una sociedad plural,  el modelo de comunidades de aprendizaje cambia el rol   receptor de docente a alumnos; para proponer la integración de redes de aprendizaje  donde se  construyen conocimientos de manera mutua y con la colaboración de todos los integrantes a través  de su interacción de manera digital, real o la combinación de ambos. Estas relaciones humanas  nos traslada al modelo de la escuela como promotor de la paz,  que debe fomentar  entre sus espacios a una convivencia fundada  en la no violencia , la tolerancia y la libertad.

Finalmente  los modelos de las ciberescuelas, la calle como escuela , la casa como escuela  y la escuela de la globalización; dan cuenta clara que los procesos educativos pueden superar las barreras de los espacios físicos para alimentarse  y alimentar a la sociedad con nuevas aportaciones, aprendidas a través de la vida cotidiana.

miércoles, 25 de junio de 2014

News forms of learning for vocational education: mobile learning - social learning- game based learning.


Un estudio realizado por  la Asociación Méxicana de Internet en  2013   dió a conocer que  para este año el 51% de la población  de nuestro país tendría acceso a internet. De los cuales un 64.3% lo emplean para buscar información, un 36.2 para entretenimiento y un 34.5 para acceso a redes sociales.

Los datos anteriores ayudan a corroborar lo expuesto por  Claudia de Witt, quien afirma  que el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) se ha vuelto una útil herramienta que ha transformado los procesos de aprendizaje, al favorecer un entorno donde los individuos  forman parte de comunidades que  crean contenidos, los comparten, reciben feedback, e interactúan de manera constante , sobrepasando las barreras físico geográficas.

            Como es evidente, este  tipo de aprendizajes se encuentra fuertemente ligado a la tecnología; afortunadamente  en nuestro  país, el número de personas que tienen acceso a ellas  está en constante crecimiento, esto se vuelve una oportunidad no solo para aprender, también para incorporar dichas herramientas  al  diseño de  estrategias de enseñanza.  Estas innovaciones ligadas   a la vida cotidiana de muchos de nosotros, implican una revaloración educativa  ya que pueden construir un canal directo de comunicación y colaboración  entre  docentes- docentes, docentes- alumnos , alumnos-docentes.

No sólo los sistemas de educación a distancia deben de ser los principales beneficiarios de esta modalidad de trabajo; los sistemas escolarizados también pueden valerse de ellos, sobre todo a través del fomento y desarrollo  de competencias comunicativas y las ligadas al uso de la información, ya que dados las enormes cantidades de contenidos existentes, se puede caer en la disolución e incumplimiento de los objetivos deseados. 

jueves, 19 de junio de 2014

Calidad y competencias.

                                       
Adolfo León Arenas y Beatriz Milena (2008), proponen un  modelo educativo con la finalidad de garantizar una educación de calidad basada en competencias. En dicho entendido las competencias se definen como  los procesos de  actuación idónea del individuo frente a diversas situaciones; respecto a la  calidad  esta es considerada como el ideal  de optimización que las instituciones educativas pretenden alcanzar de manera interna, externa o sistémica.

Desde mediados de la década pasada,  nuestro Sistema  Educativo Nacional adoptó  el aprendizaje basado en competencias;  volviéndonos partícipes  de los procesos  educativos descritos con anterioridad. Este enfoque de trabajo  brinda la oportunidad  de crear una institución educativa ligada a la sociedad; donde el docente lejos de ser un técnico especializado  en reproducir contenidos,  tiene la oportunidad de dar sentido  de utilidad a los aprendizajes escolar  a través de clases que busquen el desarrollo de los individuos, su incorporación  a la sociedad y acciones dirigidas a superar sus problemáticas.

Sin embargo dichos ideales solo pueden ser alcanzados, si  existe un adecuado modelo de gestión educativa, que procure una articulación entre sus componentes y realice una evaluación en términos de utilidad  social. Queda de manifiesto que la calidad no solamente depende del docente y al alumno, involucra a la escuela, la sociedad y al gobierno, quienes deben actuar conjuntamente.

Quienes nos desempeñamos como directores con grupo a cargo tenemos una doble responsabilidad; como  docentes tener la capacidad de identificar las problemáticas de nuestro entorno directo para realizar una armonización  con los planes y programas de estudio  a fin de que las estrategias de enseñanza empleadas logren la construcción de aprendizajes significativos   y útiles para  los alumnos.  Como directivos  garantizar que existan las condiciones necesarias para el adecuado desarrollo de los procesos de  aprendizaje, fomentar un objetivo en común  entre el equipo de trabajo y sobre todo realizar acciones que tiendan puentes entre escuela y sociedad.


Criterios para análisis  comparativo de modelos y diseños educativos.

            Una de las principales responsabilidades del docente radica en definir la forma de trabajo frente a sus alumnos; para ello  los formadores disponemos de una amplia gama de  modelos de enseñanza así como de diseños educativos que facilitan dicha labor. Dada la pluralidad de opciones elegibles,  Lourdes Morán(2008) establece una serie indicadores que permiten su organización a través de aspectos teóricos,  su puesta en práctica y los elementos  sociales que  influyen en su ejecución.

            Dentro del estrato teórico, ubicamos  al criterio de intencionalidad el cual debe de plantear la orientación  que debe de tomar la enseñanza, así como fijar la dirección  en que  sus metas y objetivos contribuyen al desarrollo humano. En este mismo apartado, el encuadre  define los criterios y conceptos que fundamentarán el carácter paradigmático, intradisciplinario, interdisciplinario o de rango teórico de los modelos o diseños educativos elegidos.

            Los criterios de puesta en práctica, realizan una segregación basado en   las características del modelo previamente y durante  desarrollo. La primera subclasificación refiere a  la flexibilidad y adaptabilidad, frente a situaciones diversas; posteriormente encontramos  la aplicabilidad del modelo  que a su vez  agrupa el nivel de estructuración, el foco de aprendizaje  y el andamiaje necesarios para efectuar la clase.

            La tercera categoría, agrupa a los elementos sociales que repercuten en la experiencia educativa. La primera  clasificación configuraciones /contexto situacional versa  sobre los agrupamientos   en la forma de trabajo, así como  de las interacciones necesarias para aprender entre alumnos y profesor. El segundo aspecto, recae en las condiciones docentes, ya que sus competencias   y experiencia  influyen en los resultados de la forma de trabajo por la que optan.

            El  establecimiento de los parámetros anteriores,  no solo ayuda a identificar las  mejores condiciones  en la selección de modelos y  diseños educativos; como la propia autora expresa pretende  ser un  punto de conexión para comprender la práctica docente;  además ayudar al diseño de propuestas  que se adecuen al docente, a sus necesidades aúlicas , pero también  a sus alumnos.




miércoles, 11 de junio de 2014

Los procesos formativos en el aula: estrategias de enseñanza y aprendizaje

Una de las principales responsabilidades  del acto docente, consiste en adoptar una metodología de trabajo  que permita la optimización de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Ello implica la incorporación de  los 8  principios didácticos propuestos por Núria  Rajadell (2001) a las estrategias educativas  empleadas con el alumnado,  con la finalidad de lograr el desarrollo de personas que se reconozcan  como sujetos  actuantes en una sociedad diversa y en constante cambio.
            Enfatizando en las estrategias de enseñanza, estas deben llevar a la actuación secuenciada del docente considerando las dimensiones saber, saber hacer y ser,  las cuales responden  respectivamente a los  conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales. Dicha correlación se cristaliza en una clasificación tripartita de estrategias, donde cada categoría engloba aquellas  que pretenden adquirir favorecer la adquisición o desarrollo de: conocimientos; procedimientos  y/o habilidades; y finalmente  actitudes y valores.
            Las estrategias  centradas en la dimensión del saber, tienen como fin la adopción de conceptos, su subsecuente discusión y una eventual emersión de nuevas ideas. Para lograrlo es necesario tener presente quien es el principal responsable, protagonista y la vía para su obtención; de lo anterior  devienen las estrategias centradas en el formador, el alumno y el medio.
            La dimensión del saber hacer, engloba la adquisición y/o desarrollo de  procedimientos o habilidades  en nuestros alumnos.  Su evolución se da a través de las etapas de aplicación, utilización, transferencia, autoaprendizaje  y  reflexión por medio de las cuales los seres humanos somos capaces de ser conscientes del valor de nuestras acciones.  Dichas estrategias  se agrupan  para desarrollar: procedimientos;  habilidades cognitivas y  habilidades psicomotoras.
            Respecto  a los aspectos emocionales, la  dimensión del ser incorpora aspectos valórales y  actitudinales a nivel personal  y social; su desenvolvimiento se da a través  de cinco fases: percibir, responder, valorar, organizar e implicarse; las cuales facilitarán a la persona su integración social. Para lograrlo se disponen de las estrategias que permitan el cambio personal , social y profesional.
            Si se pretende lograr el desarrollo  de nuestros alumnos en las tres dimensiones del  conocimiento, no basta  con  ser conocedor de sus características personales  y de su contexto; esa información  debe emplearse en la selección de las estrategias de aprendizaje más aptas a la heterogeneidad de contenidos.  Una intervención educativa premeditada, es garante de mejora en  los procesos de enseñanza y aprendizaje; al asegurar la aplicación de estrategias, actividades y materiales que coadyuven al cumplimiento  de nuestros objetivos.



El "error", un medio para enseñar.

Concebido desde los modelos transmitivos y conductistas como una carga que debe ser evitada, los  errores han hecho que diversos docentes, los afronten con procesos correctivos  que le permitan conservar su estatus inequívoco frente a alumnos y padres de familia; desembocando  en actitudes de castigo  hacia el alumno y/o de replanteamiento de la programación.
Contrariamente, el  modelo constructivista oferta una postura positiva frente a ellos; en lugar de eliminarlos  pretende convertirlos en catalizadores para la construcción del conocimiento, por lo tanto  debe permitir que aparezcan e inclusive provocarlos con la finalidad de  lograr su experimentación.
Lo anterior  implica dejar en concebir el error como fallo, para asumirlo como un obstáculo  con el cual se enfrenta el pensamiento  de los alumnos; lejos de  ser un hecho aislado producto de la generación espontánea o falta de atención, este es un conjunto de operaciones mentales  al que se liga un proceso continuo   de construcción de conocimientos.
Dicha reconcepción, no implica solamente un cambio conceptual,   se debe trascender al conocimiento  del obstáculo, así como las  razones  que lo originan, para poder reflexionar  acerca de los medios que se disponen   y posteriormente actuar para la construcción de canales que permitan a los alumnos aprender  con base a vivencias propias.
            El proceso de aprendizaje deja de ser sinónimo de evitar  errores en la escuela, para trasladar su importancia  a la vida cotidiana; aprender significa cambiar de actitud frente al entorno, empleando herramientas personales que  permitan afrontar de manera flexible las diversas situaciones que se presentan. Por redundante que suene, quien aprende se convierte en el protagonista de su propio aprendizaje, delegando al docente  a un plano de guía.
            Como docentes no estamos exentos de errar; por ello es importante conocer la potencialidad que ello tiene en los procesos de enseñanza y aprendizaje, ya que al contar con la capacidad de identificar los propios  errores, existe un mayor margen de oportunidad para transformarlos en hechos que permitan mejorar el ejercicio docente.

            Pierre Astolfi, invita a realizar acciones que permitan  construir aprendizajes que trasciendan las aulas. Esto puede lograrse con actividades que presenten situaciones reales  que tengan que ser resueltas  personalmente por el alumnado, permitiéndoles ser conscientes de los resultados que  son provocados por sus actos; no solo con la finalidad de que identifiquen  por si solos sus errores, también de que los valoren y los incentiven a ser creadores de nuevos conocimientos.